diumenge, 23 de març del 2014

CÓMO PASAR DEL LIBRO DE TEXTO A LA BIBLIOTECA DE AULA. Parte III


"...la información y la comunicación masivas informan sin orientar". "Acumular información es una manera de librarse de la incómoda tarea de pensar porque la instantaneidad de la información impide la reflexión." (Daniel INNERARITY, "La democracia del conocimiento").

Creo que la renovación de la escuela está precisamente más allá del libro de texto, de los tutoriales informáticos, incluso más allá de la voz del profesor aunque ésta sea imprescindible. Más allá de la "información". La renovación de la escuela está en la 'visión del mundo", en la ética, en la sociabilidad, cosas, todas ellas, que son propias de cada uno de los alumnos. Porque la batalla por la educación se juega en la mente de cada uno de ellos.. Y no es la información, o sea lo que ahora principalmente estamos dando, lo que les hará libres. Otra cosa es si queremos que lo sean.

La renovación de la escuela está, creo, en que los jóvenes aprendan a "ver el mundo" con ojos propios. Y pienso que para eso, la voz del profesor es insuficiente. Y por supuesto ya ni pienso en el libro de texto, que no es una voz sino una colección de epitafios, una glosa de la cultura en estado de coma.

Una Biblioteca de Aula podría ser una buena herramienta de renovación de la escuela, creo, si contiene voces auténticas. Es decir, libros auténticos. Libros para leer, no "de estudiar", aunque con ellos se pueda estudiar. Libros escritos por personas que amen los temas y los hagan vivos para los alumnos. Sin historietas, sin subterfugios "para atraer". Ha de ser la vida que hay en el tema la que atraiga. El ejemplo y la palabra del profesor ha de atraer hacia los libros. Y así los alumnos verán que en el mundo hay muchas voces, muchos cerebros en acción explicándole cosas, unos mejor que otros. Y el profesor podrá concentrarse en ser un guía, no la única voz que transporta el mundo.

Y no quiero decir que la única actividad que lleve al conocimiento sea la lectura. Ahora bien, creo que la palabra del profesor y la lectura sí que son el principio. Después la actividad "de estudio" se diversificará tanto como haga falta. Y para eso deberé explicar como concibo: a) los libros de una Biblioteca de Aula y b) las actividades "de estudio".

Pronto.



dimecres, 19 de març del 2014

COMO PASAR DEL LIBRO DE TEXTO A LA BIBLIOTECA DE AULA. Parte II

Explicaba un editor de textos escolares que se contemplaban tres clases de sustitutos informáticos del libro de texto. Són éstas:

El "flipbook" es una transposición de páginas a pantalla (un "pasapáginas"). Es como tener el libro de texto dentro del ordenador, pero con algunas posibilidades más. Se puede ampliar la vista, hacer ejercicios "encima", quizá hasta autocorregirlos. En fin, no cambia gran cosa.


El "slidebook" parece más un juego-tutorial donde cada apartado avanza a través de pantallas que explican el tema y proponen actividades "in situ" (juegos de física, preguntas, lo que sea). Tiene la ventaja de que parece un juego de pasar pantallas como los que los jóvenes acostumbran a jugar. El inconveniente es el coste de la programación y el tamaño de los archivos. También la unidireccionalidad es evidente. ¿Sobra el profesor? ¿Se limita a ser un animador entre tutorial y tutorial? ¿O quien pone "sentido" a los conocimientos?


El "webbook" tiene el aspecto de una Wikipedia "ad hoc". Diseñado como un centro de recursos interactivos, con textos, grabaciones de sonido, imágenes, vídeos y ejercicios, que el profesor puede administrar haciendo uso de su sabiduría pedagógica.


Pero yo propongo dos objeciones a todo este montaje. ¿Consiste la educación en una progresión lineal de conocimientos? ¿Los "recursos" y el profesor son suficientes para crear interacciones educativas profundas? Datos en una pantalla. Un profesor con un discurso único, propio... ¿No estaremos reproduciendo la educación de siempre pero más cara?

Intentaré demostrar que sí. Que eso sólo no nos lleva a que "otra escuela" sea posible.




divendres, 14 de març del 2014

CÓMO PASAR DEL LIBRO DE TEXTO A LA BIBLIOTECA DE AULA. Parte I

"Otra escuela es posible", es un título repetido en ensayos y libros de educación. Parece que muchos lo creen aunque la posibilidad no acabe de concretarse.

La cuestión insoslayable es decir cómo seria posible. ¿Qué hemos de mejorar o cambiar para hacerla posible? Veamos.

A los alumnos no los podemos cambiar. Sería "escoger otro pueblo" como ironizaba Brecht. Los profesores podemos mejorar. Tal vez mucho. Un nuevo concepto, mejor y más extensa formación inicial, formación permanente adecuada (ésta es la parte económica, la LOGSE lo intentó). Después estan los medios. El libro de texto es el principal. Ahora vienen los ordenadores, las pizarras digitales y TIC en general.

Descalificados como tenemos a los libros de texto como misiles balísticos anticuados, hemos de pensar en otra cosa. Si el problema del libro de texto es que es un arma que dispara en una sola dirección y a un objetivo fijo, busquemos un material diverso y flexible que pueda dispararse de innumerables maneras.

Podría parecer que los ordenadores ya cumplen esa condición, pero la verdad es que no. No, en principio. En los ordenadores tenemos metralla, gas nervioso, explosivos de muy diversa categoría, munición convencional y atómica, agentes biológicos, rumores, intoxicación informativa, material inflamable... Como estudiar en una pirotecnia. Pero, ¿qué objetivos son humanamente homologables, qué conceptos guían el uso de cada material? ¿Lo decide el profesor antes de pasar a los ordenadores? ¿Alumnos, ordenadores y profesor sin más intermediarios? ¿Con "tutoriales de texto" incorporados?

Pienso que no. Me explicaré.

dijous, 13 de març del 2014

EDUCACIÓN UNIFORMADA

El libro de texto es como el equipo del soldado. Con libro de texto se avanza como en las antiguas guerras de posiciones, en filas. Al final hay muchas bajas.

En el fracaso escolar se cuentan sólo los muertos, no la infinidad d heridos o enfermos que acaba sufriendo secuelas. Los que aprueban justito o los que sacan buenas notas en ese ejercicio gimnástico pero que, sin embargo, no conseguirán tener una "visión del mundo" propia. No interiorizarán el placer de haber luchado por la patria o por "su" mundo. O, como en el chiste "medieval' que explecaba José Antonio Marina: serán mozos de cuerda que no sabrán para que cargan con una piedra. No sudarán felices de estar construyendo "una catedral!" (J. A. Marina, "La educación del talento", ed Planeta, 2010, pp. 172-173).

Es terrible que la guerra se haya modernizado más que la educación. Como mucho, los cuarteles-escuela se han democratizado un poco, el trato es más informal y se pueden proponer tácticas nuevas. Pero la finalidad es y será salir al mercado de trabajo, a la guerra comercial.

No deberíamos extrañarnos de eso en un mundo donde la personas son "recursos humanos". Hay gente que tiene proyectos. Todo el mundo los tiene, en teoría. Pero la mayoría no pasarán de ser "recursos".

¿Nos lo replanteamos?