dimecres, 11 de juny del 2014

DE LOS LIBROS DE TEXTO A LOS LIBROS "CON TEXTO"

En un post anterior he mostrado imágenes de libros de divulgación actuales que podrçian leer los jóvenes y la foto de un divulgador estrella del momento actual. No tenemos mucho más y no tenemos ni para empezar. ¿Podríamos poner a toda la classe a leer sobre el mismo tema? No. La oferta editorial está pensada como un complemento, no para el "estudio en sí" que se abandona al epigramático libro de texto. La ciencia "en pastillas" (que, por cierto, cada vez abundan más en los libros de texto).

Las editoriales podrían sustituir los libros de texto por "bibliografías específicas" (como la Biblioteca de la Prehistoira que os podéis bajar en la pestaña "Biblioteques d'Investigació Jove" -en catalán, de momento) y por "libros singulares", infinidad de libros singulares. Entre unas y otros se podría completar todo el currículo en bibliotecas de aula bien dotadas (no menos de mil o dos mil volúmenes una vez activas) e ilimitadamente ampliables. El libro de texto podría quedarse simplemente en un cuaderno-recordatorio del currículo anual.

Bibliografías específicas serían lotes de diez o veinte libros del mismo tema por diferentes autores, de diferentes partes del tema o desde perspectivas distintas. En lotes duplicados o triplicados permitirían que toda la clase pudiese estar leyendo. Que más de un alumno leyese el mismo libro, que todos consiguieran ideas parecidas y a la vez distintas. Que al cabo del tiempo de lectura hubiese materia para el debate y la puesta en común. Todo el mundo podría decir algo y aportar su "visión".

Libros singulares serían aquellos fuera de lote que tanto permitirían completar bibliografías ya existentes como estar al día de nuevos avances o de nuevas perspectivas de cada disciplina. O bien libros interdisciplinares que pudieran acoplarse a distintas bibliografías. Todo junto haría más variada e interesante la vida de los editores de libros escolares (en los cuales también se ha de pensatr). Por primera vez podrían los editores cooperar además de competir (ya desarrollaré este punto en otro post).

En otro lugar explico cómo concibo estos libros (ver el post "Libros para una Biblioteca de Aula" en la pestaña "Bibliotecas de Investigación Joven"). Sólo insistiré en que sean breves y amables para que el más incompetente de los alumnos pueda leer al menos uno en un tiempo razonable. Creo sinceramente que a medida que pueda conectar (en eso el trabajo de recomendación y de soporte a la lectura del profesor es la carta principal), cogerá un poco más de amor a la lectura y será más competente (y tal vez llegará a leer en casa por iniciativa propia o bien comprar él mismo algún libro, de divulgación o no). Y quizá evitaremos que el público adolescente deserte de la lectura al acabar la primaria.