dimarts, 15 de juliol del 2014

LECTURA LIBRE PERO ORDENADA

Aprendizaje con lectura y diálogo.

No se trata de lanzar a los alumnos a la lectura y basta. Que nadie se ponga nervioso. El profesor ha de proponer un tema de estudio con claridad, lo ha de definir, describir, enumerar, problematizar y apuntar hipótesis.

En este proceso los alumnos no tienen porqué ser mudos. El profesor ha de saber qué saben previamente y deshacer malentendidos, ha de pautar las vías mentales con las que los alumnos encontrarán el camino. Y para acabar la primera fase, ha de presentar los libros que se tienen a mano y hacer algunas sugerencias para buscar otros.

La pizarra es necesaria. Incluso una cartulina grande donde ideas básicas, esquemas, cronologías o bibliografías puedan quedar colgadas en lugares consultables. Después se puede pasar a un hojeo informal de los libros con comentarios de viva voz.

Si  el trabajo deberá ser en grupo o individual deberá quedar claro antes de comenzar y los grupos, si es el caso, habrán de estar hechos. Para la primera ojeada los libros pueden estar dispuestos en una mesa larga y los alumnos han de poder pasearse o sentarse un momento y comentar en voz baja. En el trabajo por grupos habrá que improvisar mesas grandes. En momentos de trabajo individual sería práctico que las mesas mirasen a la pared para evitar distracciones en la lectura y para que el profesor pueda tener una visión global del aula y vea quién necesita ayuda.

Yo pediría a cada alumno que tuviera lápiz y un pequeño bloc de notas a mano. No hay que olvidar que se trata de una lectura de trabajo y habrá que tomar alguna nota que pueda ser útil más adelante. De entrada la cita habitual: autor, título, editorial y año. Después palabras o expresiones no entendidas, ideas que llamen la atención o que se presuman interesantes para sacarlas a colación más a delante. No ha de obsesionar ni hacerse pesado, bastaría con apuntar una sola palabra y el número de la página entre paréntesis. Un interrogante o un signo de admiración podrían indicar duda o interés. Después serán las fichas de lectura y de trabajo y servirán para hacer citas en las discusiones posteriores.

Un buen ejercicio sería que cada alumno escogiese un fragmento del libro que le pareciese de gran interés para leerlo en público. Es un ejercicio que puede introducir un debate interpretativo.

Después vendrá el trabajo en grupo.

dissabte, 5 de juliol del 2014

LIBRO ESCOLAR, LITERATURA NUEVA

Estoy convencido de que la divulgación juvenil es un paradigma literario nuevo. Existe para los adultos pero no para jóvenes. ¿Cómo puede ser?

Se supone que un buen libro (de ficción) para jóvenes ha de poder seducir también a los adultos. Y, al revés, muchos libros de ficción originalmente escritos para adultos suelen prescribirse también como lecturas escolares... de ficción. No obstante se publica constantemente una extensa literatura (de ficción) sólo para niños y jóvenes que suele hacerse un espacio generoso en las librerías.

Me parece, no obstante, que la literatura de "no ficción" no acaba de encontrar el camino de la juventud. Hay y ha habido excelentes divulgadores para adultos que han sido considerados simplemente escritores. Empezando por Platón o Lucrecio, Galileo o Diderot, Flammarion o Darwin, Wilson o Jay Gould, Savater o Arsuaga. ¿Qué autores de "no ficción" conocen los jóvenes ahora mismo? ¿Asimov? ¿O algún otro que, de vez en cuando, se acuerda de que los jóvenes existen?

Cuando empiezas una carrera humanística no suelen haber libros de texto. Lo primero que presenta el profesor es la bibliografía del curso. Muchos libros para abrir la mente. Aún no he visto la razón para que la mente se vea confinada y dirigida en los estudios humanísticos anteriores a la universidad. Hasta las "Ciencias Naturales", en el bachiller y antes, en la ESO, tienen algo de humanísticas. De hecho, todo és humanístico desde algún punto de vista. Sólo los aspectos más inmóviles de las ciencias más duras merecen o demandan libro de texto. Son aspectos en los que todos convendríamos que la mente ha de ser confinada y dirigida.

Los aspectos "humanos" de todas las ciencias merecen un tratamiento humano, argumentado, inquisitivo, algo contradictorio. Y esta "apertura de mente" sólo la pueden proporcionar "autores", escritores libres y responsables a la vez que un tanto polémicos. ¿Por qué deberíamos mantener a un joven de catorce años lejos de la polémica, la argumentación y la contradicción? ¿Para que llegue inmaduro a la universidad?

Desde primero de ESO todas las asignaturas deberían tener libros, y más libros. Visiones, visiones y más visiones. Opiniones, opiniones y más opiniones. ¿O no está el profesor para ayudarlos a navegarlas y a ordenarlas? La capacidad, el mérito, el interés de los alumnos también podría medirse por la cantidad de libros de la Biblioteca de aula que son capaces de procesar.

Reivindico que los adolescentes aprendan con lecturas de autor hechas para ellos. Que los autores luchen por ganárselos. Que los profesores conozcan a los autores, que los autores conozcan a "su público", que la crítica circule y los conocimientos circulen también abrigados en ideas. Que las librerías abran el conocimiento normalizado (no espectacularizado) a los jóvenes.

Dominar un libro de texto no se ha demostrado un reto interesanto para un joven. ¿Y si cambiásemos la propuesta?

dijous, 3 de juliol del 2014

EL LIBRO DE TEXTO EN SU SITIO

Hay que hacer justicia. Reconozcamos que el libro de texto sí es necesario. Pero en su lugar.

¿Y cuál es ese lugar a mi modo de ver? Intentaré argumentarlo.

Primero, cuando el estudio es vocacional. Es decir, cuando el estudiante ha hecho una opción. Ha decidido que quiere aprender determinados conocimientos, que le serán necesarios y se pone en manos de expertos porque así lo decide o porque es el sistema homologado. Es decir, se somete voluntariamente a una disciplina. Eso comienza a afectarles a los alumnos del Bachillerato, o dicho de otra manera, en la Secundaria Obligatoria.

Segundo, cuando los estudios son de tipo teórico o técnico y unívoco. Me refiero a lo que suele denominarse ciencias aplicadas o tecnologías, donde los procesos son inequívoca e históricamente refrendados por la experiencia o a las ciencias llamadas "duras" donde los axiomas son matemáticamente demostrables y no hay opciones para abordar el conocimiento. Si alguien quiere aprender álgebra o náutica, química orgánica o arquitectura, no hay muchas opciones, ha de seguir procesos homologados. Eso afecta a la mayor parte de estudiantes de Ciencias, Ingenierías o niveles superiores de Formación Profesional.

Ahora bien, someter a esa clase de disciplinas a alumnos que luchan por una formación básica, para hacerse una idea del mundo y que se esfuerzan en encontrar una vocación, creo que es cruel y contraproducente.

Intentaré responder a todas las objeciones.