diumenge, 28 de juny del 2015

BIBLIOTECAS DE AULA PROMUEVEN NUEVAS SOCIALIZACIONES

Pasar del presupuesto para libros de texto al presupuesto para Bibliotecas de Aula comporta maneras nuevas de socializar el gasto más flexibles y participativas. También maneras nuevas de entender lo que es un aula y una escuela.

La economía del libro de texto unifica pero fragmenta a la vez. Es buena para un estado burocrático porque permite controlar. Es buena para los profesores inseguros porque les estructura el trabajo y les da seguridad. Es buena para los claustros desbordados porque mantiene la cohesión entre sustituciones. Es buena para las editoriales porque les asegura un monto de negocio estable, aunque muy competitivo. Alguien dirá que también es buena para los alumnos y las familias porque les da apoyo en el proceso académico. Yo no lo creo. O no creo que todo ello sea educativo. Ni cultural o socialmente deseable.

Más allá de socializaciones, reaprovechamientos o subvenciones, el libro de texto es material fungible. Mala imagen para un bien cultural, pero es así. Una colección de textos, etiquetas y pastillas informativas que sufren una penosa caducidad. Como todas las propuestas cerradas, el libro de texto es sensible a los cambios más pequeños. El subplaneta Plutón debe haber jubilado algunos.

PROFESORES ☞ Las Bibliotecas de Aula son abiertas. Suman, no se reemplazan. El profesor puede parecer que tiene más trabajo debiendo leer mucho más para conocer el material con el que trabajarán los alumnos. Pero será un material amable, emocionante, polémico, inspirador. ¿No debería ser un reto estimulante ir eligiendo los libros que promoverán el conocimiento, las ideas y el diálogo en los alumnos? ¿Será demasiado esfuerzo leer ocho o diez libros nuevos de tu especialidad cada verano para preparar el curso siguiente? ¿Prever las dudas de los alumnos, preparar estrategias de debate e imaginar formas de hacer crecer el material? ¿Revisar títulos, estar al tanto de las sugerencias de los alumnos, colegas o padres? ¿Reordenar periódicamente una Biblioteca que no puede hacer otra cosa sino crecer cada año? ¿Apartar los títulos que puedan haber quedado algo desfasados?

CLAUSTROS ☞ Las Bibliotecas de Aula son asequibles. Se pagan a lo largo de la vida.
Los claustros o los departamentos serían los responsables de diseñar, organizar y hacer crecer las bibliotecas de todas las aulas. En el post SUPUESTOS PARA UNA BIBLIOTECA DE AULA ya hemos detallado la posible composición inicial de una biblioteca. 13600 euros por cada aula puede parecer un gasto prohibitivo en un instituto con 24 aulas, unos 330.000 euros, una millonada. Pero ya hemos dicho que la biblioteca no es fungible como el libro de texto y se puede contemplar un período de formación. ¿4 años? 82.500 euros por año. ¿8 años? 41.250 euros por año, un poco más del sueldo de un profesor. ¿Cuál es el gasto en libros de texto? ¿200 euros por familia? 300 famílias gastarían 60.000 euros en un año. Con la cuarta parte harían una contribución a una institución del barrio. Bien explicado, ¿quién estaría en contra de hacer aportaciones a fondo perdido por la cultura y la educación que podría tener uso no solamente en horas de clase? ¿No es una manera de socializar? ¿Cuanto paga la administración a cadainstituto por material educativo o por ordenadores? ¿No merece una buena biblioteca una buena parte? ¿Qué no podría pedirse a las empresas, las editoriales o la filantropía local? ¿No estarían las familias interesadas en potenciar las lecturas de sus hijos y en participar durante todo el año a la formación de las bibliotecas de sus hijos y las suyas? Una formación sin fin que daría trabajo no sólo a los lectores del presente sino a los historiadores, a los pedagogos o a los curiosos de futuro.



EDITORES ☞ Las Bibliotecas de Aula son productivas. No cierran sino que abren el saber a los jóvenes y al futuro.
Imaginemos a los editores pendientes de cada nueva orden ministerial. Orgullosos de sus equipos de maquetación, de sus redactores fijos y free lance,  de sus ilustradores, cartógrafos e infógrafos. Y de sus técnicos de márqueting y vendedores en contacto con los profesores para proporcionarles el material más atractivo, cómodo y completo, adecuado a sus perspectivas. Pero todo orientado al comercio y a la administración del saber, no a su crecimiento. Me he cansado de indicar que los libros de texto se suelen repetir, que son muy conservadores en el qué y el cómo. Son parientes de las enciclopedias. Les es propio el lenguaje políticamente correcto porque representan la neutralidad. ¿Son la manera de preparar a los jóvenes para un mundo diverso y contradictorio? En los libros de texto sólo participan los editores y profesores, con demandas, éstos, muy mediatizadas. También la administración con sus orientaciones. ¿Es eso una socialización de la cultura escolar?

Veamos otro modelo. Los editores publican anualmente breves guías curriculares que son recordatorios del programa oficial para cada curso y asignatura. Las pueden reunir  por niveles o separarlas por asignaturas. Modestas cartillas entre 1 y 5 minutos. Ningún problema para una família un gasto de 5 euros al curso. El auténtico estudio se hace con libros de divulgación que los editores publican para las Bibliotecas de Aula y todo lo que de internet. Libros también modestos en formato pero ricos en contenido. La tarea del editor escolar consiste, a partir de ahora, en estar al día en las diferentes disciplinas, en tener contactos con los autores más rigurosos y amenos literatos, en pulir el estilo de la literatura divulgativa, en formar autores y correctores, en recopilar las más claras analogías explicativas y en crear un equipo de "transposición didáctica del saber" que oriente a los autores, así como en maquetar los formatos más agradables, en crear un catálogo de bibliografías y de libros singulares (ver el post DE LOS LIBROS DE TEXTO A LOS LIBROS "CON TEXTO") que pueda llenar todas las necesidades curriculares de los institutos, en proporcionarles conferencias y seminarios (a profesores y también a alumnos), en elaborar toda clase de material de soporte que se pueda imaginar. En fin, los editores se podrían dedicar a ser auténticos mediadores culturales y educativos.

LA SOCIEDAD ☞ Las Bibliotecas de Aula son sociables. Reunen esfuerzos y son cooperativas. Hablo aquí de familias y administración , de profesores y editores. Cada biblioteca es distinta y todo el mundo está implicado. Las familias porque reconcen un saber vivo que reside en las escuelas, pero también en las casas. Saben que pueden opinar y que pueden contribuir a la formación de sus bibliotecas y que con ellas tendrán una medida del progreso de sus hijos. Los profesores porque se hallarán dirigiendo un concierto inacabable, organizando argumentos e ideas en un diálogo hacia el futuro. Los editores porque cambiarán su papel de vendedores de productos estandarizados por el de auténticos animadores culturales, mediadores activos del saber. La administración porque deberá vigilar los fraudes culturales y podrá hacer auténtica política social, científica, cultural y económica, pero sin ostentar el control.

Y aquí está la virtud social de las Bibliotecas de Aula que no son un producto sino una construcción social. Una herramienta sumativa y adaptativa, económicamente sostenible y cultral y socialmente infinitamente más rentable.