dissabte, 30 d’agost del 2014

EL NUEVO NEGOCIO DE LOS TEXTOS ESCOLARES

Es evidente que el día en que la Biblioteca de Aula substituya a los libros de texto, la facturación de las editoriales, de entrada, caerá. Supongo  que ya está cayendo con la reutilización. El libro de texto es un gasto cautivo y redundante.

Pero también es posible que se descubra una pasión lectora que compense.

El gasto escolar, creo, debería ser más elástico para las familias y más potente para las escuelas y las administraciones.

Ciertamente la producción de libros de divulgación sencillos es posible que no aporte a las editoriales las entradas fijas y elevadas del libro de texto, pero es que tal vez no deberían concebirse como el único material escolar editable.

Creo que hay mucho mercado para murales escolares que podrían archivarse en diferentes espacios-laboratorio.

Sin duda mapas, obras de arte para comentar en clases de historia o arte, esquemas, gráficos estadísticos, ilustraciones... ¿Hay tradición de comentar cuadros en clase?

Y todo este material también puede presentarse en formato manipulable, reforzado para el trabajo "de batalla". Un minimural transportable que se trabaja en grupo. Se podrían aquí añadir documentos históricos preparados para el comentario o selecciones de textos sociales o filosóficos y históricos "arquetípicos", fotografías de objetos históricos en vistas diferentes y con pies informativos a partir de los cuales proceder a investigaciones... Cuando se trae algo de cabeza es cuando entran en escena los ordenadores. El ordenador sirve para cuando ya hay ideas y proyecto. Cuando las cosas principales ya están claras.

Podrían concebirse, además, murales de cuestionario con letra muy grnade y visible desde toda la clase, contestables con hojas de 10 espacios de respuesta numerados, y que respondan al código del mural cuestionario. Las hojas-repuesta pueden ser estandarizadas y servir para cualquier cuestionario. O haber cuestionarios-modelo de diferentes asignaturas.

Fichas clasificables de cualquier clase de ínput. Por ejemplo fotos de animales raros para debatir hipótesis y investigar la clasificación taxonómica... O simplemente cosas que clasificar.

Trabajo de las editoriales es dinamizar el aprendizaje abriéndose a toda clase de materiales y estimulando la creatividad de los maestros. Quizá también organizando seminarios y conferencias. Trabajo de los claustros es diseñar las bibliotecas de aula y los espacios-laboratorio, decidir el gasto propio en materiales y pactar el gasto familiar imprescindible con las AMPAS.

La Biblioteca de Aula  también es cosa de todos.

dilluns, 25 d’agost del 2014

TRABAJAR CON BIBLIOTECA ES JUGAR A SER ADULTO

Jugar es cosa muy seria. Fijáos, si no, como se ponen los niños cuando sospechan que alguien hace trampas. De hecho, el espíritu del juego dura toda la vida, proporciona muchos puestos de trabajo y da sentido a muchas vidas. Todo empresario es jugador en un mundo que quizá no tenga mucho más sentido.

Los catorce años no son mala edad para seguir jugando. Los hijos de los caballeros medievales aprendía jugando con espadas de madera. Estudiar es también aprneder a trabajar. Lo que no entiendo es por qué no lo hacemos de manera más natural (y no me refiero a la "gamificación").

¿Qué hace un intelectual adulto cuando investiga algo? Busca libros y documentos. Al fin y al cabo, la escuela se basa sobre todo en aprendizajes intelectuales. No suele haber talleres artesanales en las escuelas. Lo que hacemos es descartar de entrada a los que no teinen vocaciones intelectuales para dedicarnos a formar a los que quedan para artesanos industriales en los talleres de FP que serían demasiado caros para toda la población. No sé si tiene lógica pero sucede así.

Asumiendo que la escuela es una institución básicamente intelectual, démosle los juguetes adecuados: libros, documentos y objetos de investigación adecuados. Mi poca experiencia me dice que cuando los jóvenes preparan dosieres y "trabajos" se sienten jugando a investigar. No creo que eso esté reñido con la "cultura del esfuerzo". Pero jugando el esfuerzo es asumible y hasta placentero.

Escribir libros de divulgación asequibles no es "vulgarizar" el conocimiento como algunos dicen. Es dar herramientas para aprender lo que deberá hacerse de mayor. Nadie será opositor, será estudioso de un tema. Seguro que Induráin no aprendió con una bicicleta de competición a los doce años. Menos a los ocho o a los seis. Cada edad tiene su bicicleta.

Ojear libros, comprometerse con algunos, tomar notas, discutir, llegar a conclusiones, buscar un dato olvidado, leer una cita... Puede ser como jugar a maestros. Mi hija volvió un verano a casa comprometida a jugar a gerente de hotel. Hacía unas reservas primorosas en un libro de cuentas de su abuelo. Tenía un álbum con fotos de habitaciones y las enseñaba con una profesionalidad que ya me gustaría ver en algunos establecimientos. Tenía ocho años.

Buenos trabajos, buenos conocimientos, buenas conclusiones, buenas explicaciones pueden ser un final ganador para un curso escolar. Un juego en el que todos han ganado, un juego cooperativo como los que explica Jared Diamond que practican algunos "pueblos primitivos" actuales en "El mundo hasta ayer".

¿Fabricamos los "juguetes" adecuados para estos juegos?